15-03-2018 Eventos Alhambra
La ciudad palatina de la Alhambra está protegida por aproximadamente dos kilómetros de muralla y por una treintena de torres que forman una estructura defensiva imprescindible para su seguridad. Una ciudad cerrada donde una serie de puertas facilitaban el acceso desde el exterior. Así mismo también hay que destacar las puertas interiores que permitían la compartimentación de los espacios intramuros. De ahí que en la Alhambra hay que distinguir entre puertas exteriores e interiores siendo sus estructuras complemente distintas. Las interiores son puertas que presentan normalmente un acceso directo mientras que las exteriores presentan el acceso en recodo o doble recodo.
Durante nuestra visita guiada a la Alhambra pasaremos varias veces por una puerta interna de la ciudad que une la zona de la Alcazaba con la Medina: la puerta del Vino. La puerta del Vino presenta un acceso directo con bancos interiores para el descanso de la guardia y con vivienda en la parte alta. En la fachada interior conserva una decoración de yeserías y de azulejos de cuerda seca excepcional y en la fachada exterior la que nos encontramos si pasamos de la zona previa a la Alcazaba hacia la Medina, veremos una llave tallada en la dovela central del arco, llave que se repite en distintas puertas y que fue utilizada por la dinastía nazarí como un símbolo más de su poder.
Las puertas exteriores de la Alhambra, insertas en la muralla, eran muy necesarias, pero suponían un problema para garantizar la seguridad. De ahí que presentan estructuras fortificadas muy marcadas convirtiéndose en verdaderas torres defensivas. La Alhambra tiene cuatro puertas exteriores de época nazarí, dos en el lienzo norte: la de las Armas (Bab al-Silah) y la del Arrabal y dos en el lienzo sur: la de los Siete Suelos (Bab al-Gudur) y la de la Justicia (Bab al-Sharía).
La puerta más monumental de la Alhambra es sin duda la Puerta de la Justicia o de la Explanada, de marcado carácter ceremonial, fue construida por el sultán Yusuf I en 1348. A modo de arco de triunfo conserva dos símbolos muy importantes, de nuevo la llave y la mano de Fátima. Símbolos de la etapa musulmana que conviven con la Virgen y el Niño que los Reyes Católicos mandaron colocar allí. Conserva sus puertas de madera con chapas en hierro, los herrajes originales e incluso en el interior las perchas para colgar las picas. En el interior hay un pequeño altar que se colocó allí para conmemorar la que, al parecer, fue la primera misa que se celebró en la Alhambra tras la Toma de la ciudad.
La puerta más cercana para subir a la Alhambra desde el Albaicín tras salvar el rio Darro a través de uno de sus puentes y la que los granadinos en época medieval, más frecuentemente utilizaban, es la puerta de las Armas. La puerta del Arrabal, al pie de la torre de los Picos era la más cercana al Generalife y por último la puerta de los Siete Suelos. Esta es la puerta que daba acceso directo a la Medina. La puerta quedó sin posible uso por el baluarte cristiano que se construyó tras la conquista de la ciudad y que la cierra por completo en su parte externa. Siempre ha estado envuelta de un halo mágico, gracias a las leyendas que se popularizaron en el siglo XIX sobre ella. La mayoría de estos espacios están cerrados a la visita púbica y solo son visitables cuando forman parte del programa el espacio del mes.
Una visita en la mañana, de aproximadamente tres horas, que te ofrece la posibilidad de conocer en detalle este maravilloso recinto monumental, patrimonio mundial de la Humanidad